Nuestra aventura comenzaba el domingo a las 18:00 cuando recogíamos a nuestros correspondientes en el aeropuerto de Alicante.

El lunes a primera hora recibimos a los alumnos Erasmus en el polideportivo. El Director daba un discurso en inglés y algunos alumnos bailaban canciones típicas de los países de nuestros visitantes. Después, los alumnos nos acompañaban a clase para terminar la primera parte de la mañana haciendo una receta light de tarta de queso. Nuestros correspondientes concluían la mañana jugando a juegos tradicionales con los alumnos de 4ª de Primaria.

La jornada del martes comenzaba con un taller de camisetas. Tras esta actividad, los alumnos hacían un poquito de crossfit en el pabellón. A las 10:30 los alumnos y sus profesores visitaban la ciudad de Murcia: casino, Catedral, Teatro Romea y Plaza de Santo Domingo. No faltó nuestro tradicional chocolate con churros en la plaza del Cardenal Belluga. Por la tarde, visitábamos el centro comercial Nueva Condomina para hacer las compras de rigor.

El miércoles la jornada comenzaba con unos campeonatos donde participaba todos los alumnos de Secundaria del centro. Después, visitábamos la peña huertana “La Picaza” donde nos agasajaron con unos ricos paparajotes y buñuelos. Allí los alumnos extranjeros bailaron, tocaron las postizas y conocieron los aspectos más característicos de nuestro folclore. Terminamos la mañana cocinando unas ricas marineras.

El jueves fue un día intenso. Todos juntos visitábamos la ciudad de Valencia: Oceanographic, museo fallero, parque de Gulliver, playa de la Malvarrosa y centro histórico. ¡Lo pasamos en grande!

Y llegó el último día de actividades. La mañana comenzó a todo ritmo con nuestra clase de zumba. El gran evento de la jornada fue la lectura del manifiesto de “Save the children” para luchar porque los colegios del mundo sean centros seguros.  Continuamos con nuestro taller de meditación y el taller de manualidades donde construimos una super pirámide alimentaria. Concluíamos con una divertida gymkhana. Por la tarde nos volvíamos a reunir en el colegio para cenar y bailar en nuestra improvisada discoteca.

El sábado fue un día muy triste. Por la mañana nuestros correspondientes partían a sus lugares de residencia. Fue un día de lágrimas porque todavía no se habían ido y ya los echábamos de menos. ¡Esperamos que nuestros caminos vuelvan  a encontrarse alguna vez!